
Los tomates confitados son una receta clásica de la cocina mediterránea que permite transformar tomates maduros en un acompañamiento lleno de sabor, textura melosa y aroma profundo. Esta técnica, heredada de la tradición francesa e italiana, nace como método de conservación y hoy se utiliza para realzar platos sencillos con un toque gourmet gracias a la cocción lenta en aceite de oliva.
Estos tomates son una elaboración de cocina básica que funciona como guarnición, aperitivo o ingrediente base para múltiples recetas. Su preparación consiste en cocinar los tomates a baja temperatura durante un tiempo prolongado, logrando una concentración natural de azúcares y un equilibrio perfecto entre dulzor y acidez, sin perder su identidad.
El tomate, ingrediente principal, es uno de los pilares de la gastronomía europea. Aporta licopeno, antioxidantes naturales, vitamina C y minerales esenciales. Culturalmente es símbolo de la dieta mediterránea y gastronómicamente destaca por su versatilidad, ya que cambia completamente de perfil según la técnica aplicada, siendo el confitado una de las más apreciadas.
Esta receta de tomates confitados caseros es ideal para aprovechar excedentes de tomate en temporada, prolongar su conservación y añadir profundidad de sabor a platos cotidianos. El resultado es delicado, aromático y muy fácil de integrar en la cocina diaria
Ingredientes
- 500g de tomates maduros (aprox. 3 tazas cortados por la mitad)
- 200ml de aceite de oliva virgen extra (aprox. ¾ de taza)
- 5g de sal (1cdta)
- 2g de pimienta negra recién molida (½cdta)
Cómo hacer tomates confitados paso a paso
- Precalienta el horno a 120 °C (250 °F).
- Lava bien los tomates, sécalos y córtalos por la mitad a lo largo.
- Colócalos en una bandeja de horno forrada con papel vegetal, con el corte hacia arriba y sin amontonarlos.
- Salpimienta los tomates de forma uniforme.
- Vierte el aceite de oliva por encima, asegurándote de que todos queden ligeramente cubiertos.
- Introduce la bandeja en el horno y cocina durante 2 a 3 horas a 120 °C (250 °F), hasta que los tomates estén tiernos, ligeramente caramelizados y hayan perdido parte de su agua.
- Saca del horno y deja enfriar antes de utilizar o conservar.
Consejos para unos tomates confitados perfectos
- Utiliza tomates muy maduros y de piel fina para obtener un resultado más dulce y uniforme.
- No reduzcas la temperatura del horno por debajo de lo indicado, ya que el confitado necesita calor constante y suave.
- Evita cortar los tomates demasiado pequeños para que mantengan su forma durante la cocción.
- Añade hierbas aromáticas solo si buscas un perfil más marcado, sin ocultar el sabor natural del tomate.
- Deja reposar los tomates en su propio aceite antes de consumirlos para que se integren mejor los sabores.
Cómo servir y degustar tomates confitados
- Presentación: Sirve los tomates confitados en un plato llano con un hilo del propio aceite y hojas de albahaca fresca o tomillo.
- Guarnición: Acompañan perfectamente carnes a la plancha, pescados blancos, verduras asadas o huevos pochados.
- Acompañamiento: Son ideales para ensaladas templadas, pastas, arroces, pizzas, bruschettas o bocadillos gourmet.
- Maridaje: Combínalos con vino blanco seco, rosado ligero, cerveza artesanal suave o agua con gas y limón.
Preguntas frecuentes sobre tomates confitados
- ¿Puedo usar tomates cherry en lugar de tomates grandes?
Sí, puedes sustituirlos por tomates cherry, ajustando ligeramente el tiempo de cocción ya que se confitan antes. - ¿Cómo consigo una textura más melosa?
Prolonga la cocción a baja temperatura y asegúrate de que el aceite cubra bien la superficie del tomate. - ¿Se puede hacer con antelación?
Sí, se pueden preparar con varios días de antelación y conservar en un recipiente hermético en el frigorífico cubiertos de aceite. - ¿Es apto para intolerancias?
La receta es naturalmente apta para dietas sin gluten, sin lactosa y veganas.
¿Listo para disfrutar de unos auténticos tomates confitados caseros? Sigue la receta y cuéntame en los comentarios cómo te han quedado. ¡Buen provecho!