
Bechamel para croquetas. La bechamel es una salsa que se puede utilizar en multitud de elaboraciones, como por ejemplo los macarrones gratinados, las berenjenas rellenas o como en caso de hoy para unas croquetas caseras. El único factor que va a variar en función de la receta que decidamos elaborar con bechamel va ser la textura final de la salsa que queremos conseguir. Esto lo vamos a hacer mediante los tiempos de cocción y la proporción de los ingredientes.
Son muchas las recetas de croquetas que podéis encontrar en el blog, incluso tenemos algunas publicaciones anteriores en las que explicamos cómo hacer croquetas perfectas o incluso como cómo congelar croquetas… Pero a raíz de vuestras consultas nos hemos dado cuenta que hacer bechamel para croquetas es una de las preguntas mas habituales que nos planteáis, no el cómo hacerla, sino mas bien las cantidades y proporciones idóneas para conseguir una masa cremosa y que tenga la textura ideal para estas y así poder ir sobre seguro en la elaboración de nuestra masa.
Bechamel para croquetas las proporciones
Las proporciones que nosotros usamos para hacer entre 22 y 25 unidades de un tamaño normal son las siguientes:
- 90gr de harina
- 90gr de mantequilla
- 750ml de líquido
- nuez moscada
- sal
¿Por qué decimos liquido y no leche?. Cuando se trata de hacer croquetas si sustituimos una proporción del líquido que habitualmente usamos(normalmente leche) por caldo el resultado es fantástico. Por ejemplo, si hacemos unas croquetas de cocido nosotros sustituimos el 75% de la leche por caldo de cocido y el resto en vez de agregar leche, usaremos nata. ¿Qué conseguimos con esto?. Un resultado mucho más sabroso y un interior mucho más cremoso.
Esto mismo se puede hacer con cualquier tipo de croqueta sustituyendo el caldo de cocido por un caldo que le vaya mejor… Es decir, si tenemos previsto hacer unas croquetas de jamón preparemos un caldo de jamón con unas verduras para sustituir la leche por este sabroso caldo y nuestras croquetas tendrán un toque diferente y serán mucho más sabrosas. Decimos de jamón porque suele ser lo más común, pero podemos hacerlo con cualquier tipo de croqueta. Ya sabes la imaginación es poder.
