Todos hemos ido alguna vez al mercado con la firme intención de comprar pescado fresco, pero a la hora de la verdad llegamos, miramos el género que nos ofrecen en los distintos puestos y ante la duda de no saber si nos encontramos ante un pescado fresco o no. Finalmente podemos decidir marcharnos a casa con las manos vacías.. lo cual es una pena porque en realidad saber con certeza si un pescado es fresco o no, es muy sencillo, por no mencionar que comer pescado tiene múltiples beneficios para nuestra salud y que deberíamos incluirlo en nuestra dieta al menos 3 o 4 veces por semana.
Da igual que se trate pescado fresco o congelado, en realidad no podemos obviar que la comodidad y ser prácticos son dos factores muy importantes en la cocina. No todo el mundo puede ir a comprar pescado fresco, el trabajo, los niños, la casa y la falta de tiempo en general hace que esto a veces resulte complicado; pero podemos encontrar congelado de calidad en muchos sitios y para quien tiene poco tiempo es una opción ideal.
Ademas si hay niños en casa esto cobra vital relevancia, ya que en las primeras fases de crecimiento y desarrollo es primordial que coman de todo, y el pescado no pude faltar nunca en su dieta. Seguramente resultará complicado que lo coman, pero siempre existe el recurso de las baritas de pescado caseras, unas albóndigas de atún o cualquier otro pescado fresco que os guste para ellos.
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¿Como saber si estamos comprando pescado fresco?
Por todos estos motivos y para que nos resulte mucho mas sencillo y no tengamos dudas, hoy vamos a ver como comprar pescado fresco sin equivocarnos con unos sencillos consejos que todos podemos llevar a cabo de forma rápida y fácil.
- La primera impresión es muy importante y si algo no termina de convencernos quizás sea por algún motivo de peso, si no te convence lo que ves no te lo lleves a casa.
- Los ojos son unas de las primeras cosas que debemos observar con detenimiento y seguramente una de las mas determinantes a la hora de saber si un pescado es fresco o no. Los ojos deben estar limpios, transparentes y brillantes, nunca se debe comprar un pescado que tenga los ojos hundidos o grises. Cuando se trata de pescado fresco nos daremos cuenta de inmediato que sus ojos son saltones, las pupilas de un negro intenso y no presentan ningún síntoma de “lechosidad“.
- En La Cocina de Lila nos gustan mucho los trucos y consejos en los que entra en juego el sentido común y los sentidos, y ahora la toca al olfato. Si un pescado fresco o que se supone que lo es no huele a mar, mala cosa!! No compréis nunca un pescado que tenga un olor raro o desagradable.
- Las agallas deben tener un bonito color rojo o rosa intenso, brillantes y algo sanguinolentas. Bajo ningún concepto deben estar amarillentas o grisáceas, ya que si esto es así no se trata de un pescado fresco con total seguridad.
- Otra regla de oro para saber si estamos comprando pescado fresco es que al tacto nos resulte agradable, terso y de carne firme. Si este resultara flácido no será fresco. La piel de un pescado fresco debe ser brillante y estar ligeramente húmeda. Si compráis filetes fijaos siempre en que su carne sea elástica y firme.
Estamos seguros de que con estos sencillos consejos la próxima vez que nos apetezca comer pescado fresco os resultará mucho mas sencillo advertir cuando un pescado fresco lo es o en realidad se trata de un pescado que no cumple los requisitos de calidad. Recuerta que también existe el pescado refrigerado y ultra-congelado.