
Los langostinos al ajillo sin pelar son un clásico de la cocina española, conocidos por su sencillez y sabor inigualable. Este plato combina la suavidad de los langostinos con el toque aromático de la salsa de ajo y guindilla, una combinación que nunca falla en una mesa. Es ideal como entrante rápido para una cena especial, aunque también funciona como plato principal acompañado de una buena guarnición.
El origen de las recetas al ajillo se remonta a la tradición mediterránea, donde el ajo, el aceite de oliva y los mariscos son protagonistas indiscutibles. Aunque no se tienen datos de un creador concreto del plato, se sabe que su popularidad creció en las regiones costeras de España, donde los productos frescos del mar son la estrella.
Si te gustan las recetas de mariscos, los langostinos con ajo y guindilla no pueden faltar en tu repertorio. Con unos pocos ingredientes y en menos de 15 minutos, puedes preparar una delicia que conquistará a todos. Además, esta receta es versátil, ya que puedes adaptarla con otros ingredientes como gambas o gambones.
En este post te explicamos paso a paso cómo hacer esta receta de marisco, consejos para que queden perfectos, ideas para presentarlos y respuestas a las dudas más comunes. ¡Prepárate para sorprender a tus invitados con esta joya de la comida casera!
Ingredientes para 2 personas
- 250g de langostinos
- 1/2 vaso de ron añejo
- 2 dientes de ajo
- Un manojo de perejil fresco
- 1 cayena o chile de árbol
- Aceite de oliva
- Sal
Cómo hacer langostinos al ajillo receta de la abuela
- Prepara los ingredientes: Pica el perejil fresco muy fino y reserva. Pela y corta los ajos en láminas finas y resérvalos también.
- Saltea los langostinos: Calienta aceite de oliva en una sartén a fuego alto y cocina los langostinos un minuto por cada lado.
- Añade sabor: Baja el fuego a medio y añade sal al gusto, la guindilla, los ajos y un chorrito más de aceite. Cocina hasta que los ajos estén dorados.
- Incorpora el licor: Vierte el ron añejo y deja que el alcohol se evapore durante unos minutos.
- Acabado: Espolvorea el perejil picado, mezcla bien y sírvelos inmediatamente.
Consejos para hacer langostinos perfectos
- Selecciona Langostinos de Calidad: Usa langostinos frescos para obtener el mejor sabor y textura. Si usas langostinos congelados, asegúrate de descongelarlos adecuadamente en el frigorífico para mantener su calidad.
- Ajusta el Nivel de Picante a Tu Gusto: Modifica la cantidad de guindilla según tu tolerancia al picante, adaptando el toque de sabor a tus preferencias personales.
- Alternativas al Ron Añejado: Si no tienes ron añejo, opta por brandy o vino blanco seco, que aportarán un sabor similar y complementarán perfectamente los langostinos al ajillo.
- Cocina al Punto para Mantener su Sabor: Cocina los langostinos durante el tiempo justo para que queden jugosos y tiernos, evitando que se resequen y mantengan su sabor fresco y delicioso.
Cómo servir y disfrutar los langostinos al ajillo
- Presentación o emplatado: Sirve en una cazuela de barro para mantener el calor y darle un toque tradicional.
- Guarnición: Combina con pan crujiente para aprovechar la deliciosa salsa.
- Acompañamiento: Una ensalada fresca o arroz blanco complementarán este plato perfectamente.
- Maridaje: Un vino blanco seco o una cerveza artesanal resaltarán los sabores del ajo y los langostinos.
Preguntas frecuentes sobre los langostinos con ajo
¿Puedo usar gambas o gambones en lugar de langostinos?
¡Por supuesto! Tanto las gambas como los gambones son excelentes alternativas para esta receta.
¿Qué puedo usar si no tengo ron?
El brandy o el vino blanco seco son opciones ideales para sustituir el ron.
¿Es necesario añadir guindilla?
No es imprescindible, pero aporta un toque picante que realza el sabor del plato.
¿Es lo mismo esta receta de langostinos que las gambas al ajillo y los gambones al ajillo?
Aunque las recetas básicas de estos son muy similares, hay algunas diferencias clave en los cocinados, pero sobre todo es que son mariscos distintos:
- Langostinos: Suelen ser más grandes que las gambas y tienen una textura más firme.
- Gambas al ajillo: Son más pequeñas y delicadas en comparación con los langostinos, pero muy sabrosas.
- Gambones al ajillo: Similar a los langostinos, pero los gambones son aún más grandes y suelen tener una textura más jugosa.
Estos mariscos, cocinados con ajo y un toque de guindilla, no solo son deliciosos, sino también una excelente fuente de proteínas y minerales esenciales como el zinc y el selenio, que contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmunológico. Su bajo contenido calórico y su aporte de ácidos grasos omega-3 los convierten en una opción saludable para cualquier ocasión. Son ideales para disfrutar como tapa en una comida informal, pero también son perfectos como entrante en celebraciones especiales, como las cenas navideñas, donde aportan un toque sabroso y sofisticado a la mesa. Además, estas recetas rápidas y platos fáciles son una excelente opción para quienes buscan un plato delicioso sin complicaciones.