
La tortilla de papas es uno de los platos más emblemáticos de la cocina española. Aprende a prepararla con esta receta fácil.
También conocida como tortilla de patatas, esta receta ha trascendido fronteras y se ha convertido en un símbolo gastronómico que se prepara en hogares de todo el mundo. Tanto si la prefieres con cebolla como sin ella, poco cuajada o muy hecha, lo cierto es que preparar este plato es todo un arte que hoy vamos a desvelar paso a paso.
Esta receta es perfecta para cualquier momento del día: desayuno, comida, cena o incluso como tapa o aperitivo. Lo mejor de todo es que es una receta casera, económica y muy fácil de preparar, lo que la hace ideal para principiantes en la cocina. Además, permite muchas variaciones. por lo que las opciones son infinitas.
Su origen se remonta al siglo XIX, y aunque existen varias teorías sobre su invención, una de las más aceptadas señala que fue el general Tomás de Zumalacárregui quien la popularizó durante las Guerras Carlistas. Desde entonces, ha evolucionado hasta convertirse en una auténtica joya de la gastronomía española, defendida por cada familia como si se tratara de un legado cultural. En América Latina, el término «tortilla de papa» también se utiliza, aunque en muchos casos con variantes propias de cada país.
Con esta guía paso a paso, te enseñamos cómo el plato mas popular de España de manera tradicional, para que te quede jugosa, melosa y deliciosa. Incluiremos consejos prácticos y todas las claves para que consigas un resultado perfecto. Si buscas una receta auténtica, fácil y explicada con claridad, estás en el lugar adecuado.
Ingredientes para 4 personas
- 5 patatas (papas)
- 1 cebolla
- 6 huevos
- 50 ml de leche (opcional)
- Sal
- Aceite de girasol
Cómo hacer tortilla de papas con cebolla
- Pela las patatas y córtalas en láminas finas. Procura que todas tengan un tamaño uniforme para garantizar una cocción homogénea. Haz lo mismo con la cebolla, cortándola en juliana.
- Pon las patatas en un bol y lávalas con abundante agua fría para eliminar el exceso de almidón. Escúrrelas en un colador y déjalas allí hasta el momento de usarlas. Esto ayudará a conseguir una textura más ligera.
- Calienta abundante aceite en una sartén. Añade las patatas y la cebolla al aceite caliente y fríelas a fuego medio-alto al principio. Cuando empiecen a dorarse, reduce el fuego a bajo y remueve de vez en cuando para que no se peguen. Cocina lentamente hasta que estén tiernas y doradas.
- Mientras las patatas y la cebolla se cocinan, bate los huevos en un bol grande junto con la leche y la sal al gusto. Un truco para conseguir el punto perfecto de sal es añadir una pizca a cada huevo. Bate hasta obtener una mezcla homogénea.
- Cuando las patatas y la cebolla estén listas, retíralas del aceite con una espumadera y escúrrelas bien. Incorpóralas a la mezcla de huevo batido y añade una cucharada del aceite de freír por cada huevo. Mezcla bien y deja reposar todo durante unos 10 minutos para que los sabores se integren.
- Añade dos o tres cucharadas del aceite de freír las patatas a una sartén de unos 20 cm y caliéntalo a fuego medio. Cuando esté bien caliente, vierte la mezcla de huevo, patatas y cebolla en la sartén. Con una espátula, remueve ligeramente al principio para distribuir el huevo que aún no ha cuajado.
- Cubre la sartén con una tapa y cocina a fuego medio-bajo hasta que los bordes estén cuajados. Coloca un plato sobre la sartén, da la vuelta con cuidado y desliza la tortilla de nuevo en la sartén para cocinar el otro lado.
- Para obtener diferentes puntos de cocción:
- Si quieres que quede poco cuajada en el interior, cocina a fuego medio-alto durante 5-8 minutos por cada lado para dorarla rápidamente y conservar su jugosidad.
- Para una cuajada media, cocina a fuego bajo durante 8-10 minutos por cada lado, girando ocasionalmente para equilibrar firmeza y jugosidad.
- Para que quede muy hecha, deja cocinar durante 10 minutos por cada lado a fuego bajo hasta obtener una tortilla completamente cuajada y dorada.
Consejos para hacer la tortilla de patatas perfecta
- Las patatas harinosas, como las variedades Kennebec o Monalisa, contienen un mayor contenido de almidón, lo que las convierte en la opción ideal para lograr una textura suave y homogénea. Estas patatas se doran fácilmente y aportan una consistencia cremosa que realza cada bocado.
- Lograr el equilibrio perfecto de sal es esencial, y un truco infalible es añadir una pizca de sal por cada huevo utilizado. Este método garantiza un sabor equilibrado, evitando que la receta quede demasiado dulce debido a la cebolla o excesivamente salada. Es una técnica simple y efectiva para realzar los sabores sin comprometer el resultado final.
- Para obtener una tortilla jugosa y ligeramente líquida en su interior, ajusta el tiempo de cocción. Cocina cada lado a fuego medio-alto durante 5-6 minutos, vigilando que los bordes estén dorados pero que el centro conserve su textura fluida. Esto asegura una explosión de sabor y jugosidad al partirla.
- La leche ayuda a suavizar la mezcla de huevo, creando una textura más cremosa y melosa. Unas cucharadas bastarán para lograr ese toque especial sin alterar el sabor tradicional. Este truco es ideal si buscas una tortilla más tierna y uniforme.
- Si prefieres una versión más sencilla o clásica, omite la cebolla en la receta. Aunque su ausencia cambiará ligeramente el sabor, obtendrás un resultado igualmente delicioso que resalta los matices de las patatas y los huevos de manera pura.
- Añadir unas cucharadas de aceite a la mezcla de huevo, patata y cebolla no solo mejora la textura haciéndola más suave y cremosa, sino que también evita que se pegue a la sartén, facilitando su manipulación al darle la vuelta. Además, este pequeño detalle asegura una cocción uniforme, logrando un resultado más jugoso y homogéneo en cada bocado.
- Si optas por una sartén antiadherente de buena calidad, tendrás una herramienta que facilita el volteado de la tortilla sin romperla y asegura un dorado uniforme en ambas caras sin que los ingredientes se adhieran al fondo. Por otro lado, si prefieres una sartén de acero inoxidable, es fundamental que esté bien caliente antes de verter la mezcla y que esté generosamente engrasada con aceite para evitar que se pegue. Aunque requiere más técnica, este tipo de sartén ofrece un resultado excepcional con un dorado uniforme cuando se utiliza correctamente. Ambas opciones tienen sus ventajas, pero lo importante es elegir la que mejor se adapte a tu estilo de cocina.
Cómo servir y disfrutar la tortilla de papas
- Presentación o emplatado: Puede servirse entera en un plato llano, ideal para una presentación clásica y elegante, o cortarse en porciones triangulares para facilitar su servicio individual. Si buscas una opción más práctica y versátil, puedes cortarla en pequeños cuadritos y colocarles palillos (mondadientes), lo que resulta perfecto para reuniones informales con amigos o como un aperitivo cómodo para disfrutar durante un picnic. Esta última alternativa es especialmente popular por su facilidad para comer y compartir en eventos relajados.
- Guarnición: Se acompaña perfectamente con una ensalada verde fresca, tomates cherry o pimientos del piquillo, aportando un toque ligero y lleno de color al plato. Además, combina especialmente bien con recetas que incluyan salsas, como el clásico pollo en salsa de tomate, conejo guisado en tomate o incluso en salsa casera de la abuela. Estas opciones no solo añaden sabor y profundidad, sino que convierten la tortilla en un plato completo y equilibrado, ideal para una comida nutritiva y sustanciosa que satisface todos los paladares.
- Acompañamiento y otras ideas: Acompaña tu tortilla de patatas con pan crujiente, un toque de alioli casero o un refrescante gazpacho en verano para realzar su sabor. Una forma especialmente popular de disfrutarla es en un bocadillo: tuesta ligeramente el pan para darle textura, unta una capa fina de mayonesa en ambos lados y añade rodajas de tomate fresco. El resultado es un bocadillo irresistible, lleno de sabor y tradición, que seguramente se convertirá en uno de los más deliciosos que hayas probado. ¡Perfecto para cualquier ocasión!
- Maridaje: Combina perfectamente con una copa de vino blanco seco, cava o una cerveza artesanal ligera, bien fría.
Variantes de la receta de tortilla española
- Con papas de bolsa: Aunque en los últimos años ha ganado popularidad este «invento», no podemos decir que sea la receta más ortodoxa ni la más sabrosa. Es una solución rápida, pero se aleja de la tradición y el auténtico sabor de una buena tortilla.
- En freidora de aire: La airfryer es fantástica para muchas recetas, pero no para esta receta. El resultado suele ser extremadamente seco, y pierde toda su jugosidad y esencia. Sin duda, no es la mejor opción.
- En microondas: Entendemos que es una alternativa rápida, pero no es ni remotamente comparable a una tortilla tradicional. El sabor y la textura se sacrifican por la rapidez.
- Con papas cocidas: Sabemos que en otros países se suelen adaptar recetas tradicionales, pero usar papas cocidas sacrilegio para cualquiera que valore este plato en su versión auténtica. Sí, puede que sea más ligera, pero no es, ni de lejos, una verdadera tortilla española.
- En Thermomix: La Thermomix puede ser útil para agilizar el proceso de preparación de los ingredientes, especialmente para cortar y cocinar las papas. Sin embargo, hay que tener cuidado, ya que el resultado tiende a ser menos tradicional en textura y sabor. Aunque las papas y la cebolla pueden quedar bien cocidas, pierde parte de la textura jugosa y artesanal que se consigue al cocinarla a mano en una sartén. Este método puede ser una solución práctica, pero no captura la autenticidad de la receta española clásica.
- Sin cebolla: Es un clásico debate en la cocina española, pero la tortilla sin cebolla tiene sus defensores. Este enfoque resalta el sabor de las papas y del huevo, sin la dulzura que aporta la cebolla. Aunque algunos consideran que le falta un toque de complejidad, esta versión es perfecta para quienes prefieren una versión más simple y directa.
- Con chorizo: Añadir chorizo transforma la clásica tortilla española en un plato con un sabor más intenso y característico. El chorizo aporta notas ahumadas y un toque especiado que complementan la suavidad de las papas y el huevo. Es una opción ideal para quienes buscan una variación llena de carácter.
- Rellena de jamón y queso: Esta versión sorprende por su relleno cremoso y sabroso. El jamón y el queso derretido en el centro añaden una textura y un sabor irresistibles. Es una alternativa original que combina tradición con un toque innovador, perfecta para sorprender a los comensales.
- Al horno (más ligera): Cocinarla al horno es una opción más saludable, ya que reduce la cantidad de aceite utilizada. Sin embargo, como en el caso de la freidora de aire, el resultado puede ser algo más seco y menos jugoso que en la versión tradicional en sartén. Aun así, es una buena alternativa para quienes buscan cuidar su alimentación.
- Con jamón y pimientos: La combinación de jamón y pimientos da lugar a una tortilla llena de color y sabor. Los pimientos aportan un toque dulce y ligeramente tostado, mientras que el jamón añade una nota salada que realza el conjunto. Es una opción vistosa y deliciosa para darle un giro creativo a la receta clásica.
Preguntas frecuentes sobre esta receta
- ¿Puedo hacerla sin cebolla?
Sí, simplemente omite la cebolla en el proceso de cocinado. Esta versión es igual de válida y muy apreciada por quienes prefieren sabores más neutros. - ¿Cómo saber si está bien cuajada por dentro?
Introduce una espátula o cuchillo por el centro y observa si sale limpio. Si prefieres la tortilla poco hecha, bastará con que el centro esté algo líquido. - ¿Se puede hacer con aceite de oliva en lugar de girasol?
El aceite de girasol tiene un sabor más neutro, lo que lo convierte en una opción excelente para quienes prefieren un perfil de sabor más suave. Sin embargo, si deseas un toque más intenso y tradicional, puedes optar por utilizar aceite de oliva virgen extra. Es una alternativa popular que aporta un sabor robusto y característico a la receta. - ¿Se puede preparar con antelación?
Sí, incluso está más rica reposada. Puedes prepararla con unas horas de antelación y mantenerla a temperatura ambiente. - ¿Puedo congelar?
Congelarla es casi como traicionar su esencia. Este plato merece ser disfrutado fresco, con todos sus sabores y texturas intactos. Si bien técnicamente se puede congelar, hacerlo es un sacrilegio para los amantes de la buena cocina. Nada supera el sabor auténtico y recién hecho de una tortilla preparada con cariño.