
La sopa de cebolla gratinada es una de esas recetas tradicionales que nunca pasan de moda. Este plato clásico tiene sus raíces en la cocina francesa, aunque su presencia se extiende por toda Europa. Con una historia que se remonta a siglos atrás, la sopa francesa de cebolla fue concebida como un plato humilde, ideal para calentar el cuerpo durante los fríos inviernos. Hoy en día, esta receta se ha convertido en un referente de la alta cocina, conocida por su sabor reconfortante y su sencillez.
Las cebollas, ingrediente principal de esta deliciosa sopa, aportan no solo un sabor intenso y dulce, sino también múltiples beneficios para la salud. Ricas en antioxidantes y compuestos sulfurados, las cebollas contribuyen a la salud cardiovascular y fortalecen el sistema inmunológico. Acompañada de una base de caldo sabroso y gratinada con queso y huevo, esta sopa es perfecta para cualquier ocasión especial o una comida cotidiana.
Uno de los aspectos más apreciados de la sopa tradicional de cebolla es su versatilidad. Puede servirse como primer plato, como una cena ligera o incluso como un reconfortante almuerzo. Su preparación es sencilla y requiere ingredientes básicos, lo que la convierte en una opción económica y accesible para todos. Si bien no es una sopa de cebolla castellana ni catalana, su popularidad y adaptabilidad la han hecho destacar en muchas cocinas.
ingredientes para 4 personas
- 4 cebollas blancas
- 40g de mantequilla sin sal
- 20ml de aceite de oliva
- Sal (al gusto)
- 15g de harina de trigo para todo uso (opcional)
- 100ml de vino blanco
- 1,2l de caldo casero de verduras, carne o pollo (o agua)
- 1 barra de pan tipo baguette
- Aceite de oliva (para pincelar)
- 200g de queso rallado (Gruyère, Comté o Emmental)
Cómo hacer sopa de cebolla gratinada
- Preparación de las cebollas: Pela las cebollas y córtalas por la mitad. Luego, córtalas en tiras finas longitudinalmente.
- Funde la mantequilla y el aceite: En una olla mediana, funde la mantequilla junto con el aceite de oliva a temperatura media.
- Sofríe las cebollas: Añade las cebollas en juliana a la olla y remueve para que se impregnen bien con la mantequilla y el aceite.
- Agrega sal y remueve: Añade un poco de sal y continúa removiendo a menudo durante los primeros cinco minutos de cocción.
- Cocina a fuego lento: Baja la temperatura y cocina a fuego lento durante 30-45 minutos, hasta que las cebollas estén muy pochadas y tengan un tono ligeramente dorado.
- Elaboración del caldo: Añade la harina. Añade la harina de trigo (opcional) a la olla y cocina durante un par de minutos para darle más cuerpo al caldo.
- Incorpora el vino: Agrega el vino blanco y cocina otros dos minutos más, hasta que el alcohol se evapore.
- Añade el caldo: Es el turno del caldo (o agua) y mezcla todo bien. Cubre la olla con una tapa y sube la potencia del fuego.
- Cocina a fuego suave: Cuando el caldo comience a hervir, baja la temperatura y cocina durante 20 minutos. Añade más sal si es necesario.
- Preparación del pan: Corta la barra de pan tipo baguette en 12 rebanadas, de un centímetro de grosor cada una.
- Pincela con aceite: Coloca las rebanadas de pan en una bandeja de horno y pincélalas con aceite de oliva por ambos lados.
- Hornea las rebanadas: Lleva las rebanadas al horno a 180 ºC (356 ºF) hasta que queden tostadas.
- Montaje y gratinado: Ralla el queso y tenlo listo.
- Sirve la sopa: Sirve en cuencos y coloca unas rebanadas de pan tostado encima de la sopa.
- Añade el queso rallado: Distribuye una generosa cantidad de queso rallado sobre las rebanadas de pan.
- Gratina la sopa: Lleva los cuencos al horno y gratina durante unos minutos, hasta que el queso quede ligeramente tostado y de textura crujiente en la superficie.
Consejos para hacer la sopa de cebolla perfecta
- Cocción lenta: Para obtener un sabor caramelizado, es esencial cocinar las cebollas a fuego lento y con paciencia.
- Elección del queso: El Gruyère es el queso tradicional para esta receta, pero puedes experimentar con otros quesos de sabor fuerte como el Comté o el Emmental.
- Caldo casero: Si puedes, utiliza caldo casero. Aporta un sabor mucho más rico y auténtico.
- Thermomix: Si dispones de una Thermomix, puedes utilizarla para cortar y caramelizar las cebollas de manera más rápida y sencilla.
Cómo servir y disfrutar la sopa de cebolla
- Presentación o emplatado: Sirve la sopa de cebolla gratinada en cuencos individuales de cerámica, decorando cada uno con un hilo de crema o unas hierbas frescas para una presentación elegante.
- Guarnición y acompañamiento: Acompaña tu sopa de cebolla tradicional con unas hojas de perejil fresco o unas ramitas de tomillo para añadir un toque de color y frescura. Además, complementa el sabor con una rebanada de pan rústico tostado o un poco de pan de ajo.
- Maridaje: Para un maridaje perfecto, acompaña la sopa gratinada de cebolla con un vino blanco seco, como un Chardonnay, o un vino tinto ligero, como un Pinot Noir, para realzar los sabores.
Preguntas frecuentes sobre la sopa de cebolla
¿Se puede congelar la sopa con cebollas?
Sí, puedes congelar pero sin el pan y el queso gratinado. Una vez descongelada, recalienta la sopa y añade el pan y el queso antes de gratinar.
¿Qué tipo de cebolla es mejor para esta receta?
Las cebollas blancas son las más tradicionales, pero puedes usar cebollas amarillas o incluso cebollas rojas para un sabor ligeramente diferente.
¿Puedo hacer la sopa sin vino blanco?
Sí, puedes omitir el vino blanco si lo prefieres. Simplemente añade un poco más de caldo o agua.
¿Cuál es la mejor manera de caramelizar las cebollas?
Cocina las cebollas a fuego lento y remueve con frecuencia. La paciencia es clave para obtener unas cebollas bien caramelizadas.
¿Puedo preparar esta receta con Thermomix?
Sí, puedes usar una Thermomix para facilitar el proceso de cortar y caramelizar las cebollas. Sigue las instrucciones del aparato para lograr un resultado óptimo.
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