
La mermelada de tomate tiene sus raíces en la tradición mediterránea, donde el tomate no solo se utiliza en platos salados, sino también en preparaciones dulces. En España y Portugal, esta confitura se popularizó como acompañamiento de quesos curados y carnes, convirtiéndose en un clásico de las mesas familiares y en las ferias gastronómicas. Su origen se vincula a la necesidad de conservar el tomate durante todo el año, aprovechando su abundancia en temporada.
Este plato se clasifica como una receta de repostería y conserva dulce, ideal para untar en tostadas, servir como guarnición en aperitivos o dar un toque sofisticado a platos principales. No es un postre en sí mismo, pero sí una preparación versátil que se integra en múltiples combinaciones culinarias.
El tomate, ingrediente protagonista, es una fuente rica en licopeno, un antioxidante natural que ayuda a proteger las células del organismo. Además, aporta vitamina C, potasio y fibra, lo que lo convierte en un alimento saludable y culturalmente muy valorado en la dieta mediterránea. Su sabor equilibrado entre ácido y dulce lo hace perfecto para transformarse en mermelada.
Desde un punto de vista sensorial, la mermelada de tomate ofrece una experiencia única: su textura suave y ligeramente densa envuelve el paladar, mientras que su color rojo intenso aporta un atractivo visual irresistible. El contraste entre el dulzor del azúcar y la acidez natural del tomate crea un equilibrio que sorprende y conquista a quienes la prueban.
Ingredientes para 1 tarro/bote (+/-200g)
- 500g de tomate triturado en conserva (2 tazas aprox.)
- 250g de azúcar (1 ¼ tazas aprox.)
Cómo hacer mermelada de tomate paso a paso
- Esteriliza los tarros de cristal siguiendo un método sencillo (hervirlos en agua durante 10 minutos). Ten listos el tomate triturado y el azúcar en la proporción indicada.
- Coloca en una olla el tomate y el azúcar. Cocina a fuego medio (180 °C / 356 °F) durante unos 30 minutos, removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue.
- A medida que la mezcla reduce, notarás que se espesa. La mermelada estará lista cuando quede poco líquido y tenga una textura densa. Puedes comprobarlo colocando una pequeña cantidad en un plato: si no se desliza fácilmente, está en su punto.
- Vierte la mermelada caliente en los tarros esterilizados, ciérralos bien y colócalos boca abajo para hacer el vacío. Una vez fríos, guárdalos en un lugar fresco y oscuro.
Consejos para hacerla perfecta
- Mantén la temperatura constante para evitar que se caramelice demasiado y adquiera un sabor amargo.
- Si queda demasiado líquida, prolonga la cocción unos minutos más; si está muy espesa, añade una cucharada de agua caliente y mezcla bien.
- Personaliza tu receta añadiendo especias como canela, clavo o incluso un toque de guindilla para darle un matiz diferente.
Cómo servir y disfrutar la mermelada de tomate
- Presentación: Sirve en pequeños cuencos de cerámica o directamente en tostadas con un toque de hierbas frescas.
- Guarnición: Combina con quesos curados, foie gras o carnes asadas.
- Acompañamiento: Ideal en canapés con pan crujiente o como relleno de empanadas.
- Maridaje: Va muy bien con vinos tintos jóvenes, cervezas artesanas suaves o incluso con refrescos cítricos.
Preguntas frecuentes sobre esta receta
- ¿Puedo usar tomate natural en lugar de tomate en conserva?
Sí, puedes sustituirlo por tomate fresco pelado y triturado, aunque el color será menos intenso. - ¿Cómo consigo una textura más espesa?
Prolonga la cocción o añade un poco de pectina natural (como manzana rallada). - ¿Se puede hacer con antelación?
Sí, puedes prepararla y conservarla hasta un año si haces correctamente el vacío en los tarros. - ¿Es apta para veganos?
Sí, esta receta es 100% vegana y no contiene gluten ni lactosa.
¿Listo para disfrutar de una auténtica mermelada de tomate casera? Sigue esta receta fácil y cuéntame en los comentarios cómo te ha quedado. ¡Buen provecho!