
La mermelada de manzana es una de las conservas más tradicionales en Europa, especialmente en países con abundancia de esta fruta como Inglaterra, Francia y Alemania. Su elaboración se remonta a siglos atrás, cuando las familias buscaban formas de aprovechar las cosechas y garantizar fruta durante los meses de invierno. Hoy sigue siendo una receta clásica que conecta con esa tradición de aprovechar lo que la naturaleza ofrece.
Este plato se clasifica como una receta de repostería y conserva dulce, perfecta para untar en tostadas, rellenar bizcochos o acompañar carnes y quesos. Su versatilidad la convierte en un imprescindible de la cocina casera, ya que se adapta tanto a desayunos como a cenas más elaboradas.
La manzana, protagonista de esta receta, es una fruta rica en fibra, vitamina C y antioxidantes. Además, es baja en calorías y muy saciante, lo que la hace ideal para incluir en una dieta equilibrada. Culturalmente, la manzana ha sido símbolo de salud y abundancia, y en la gastronomía se aprecia por su capacidad de combinar con sabores dulces y salados.
La mermelada de manzana destaca por su textura suave y ligeramente granulosa, con un aroma cálido que recuerda al otoño. El dulzor del azúcar se equilibra con la acidez natural de la fruta, y si se añaden especias como canela o clavo, el resultado es una confitura aromática y reconfortante que invita a repetir.
ingredientes 250g de mermelada
- 1kg de manzanas
- 750g de azúcar – (3 ½ tazas aprox.)
- Agua (solo si es necesaria, 2–3 cdas)
Cómo hacer mermelada de manzana
- Coloca las manzanas picadas en una olla junto con el azúcar. Cocina a fuego medio (180 °C / 356 °F), removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue.
- Si ves que la mezcla necesita líquido, añade un poco de agua en pequeñas cantidades. Cocina durante unos 20 minutos hasta que la fruta esté blanda y la textura espese.
- Deja enfriar la mermelada y guárdala en tarros de cristal esterilizados. Una vez fría, cúbrela con papel vegetal impregnado en alcohol de 96º y coloca la tapa para asegurar una buena conservación.
Consejos para hacerla perfecta
- Remueve con frecuencia para evitar que el azúcar se caramelice demasiado.
- Si queda muy líquida, prolonga la cocción; si está demasiado espesa, añade un poco de agua caliente.
- Personaliza tu receta con especias como anís estrellado, jengibre o incluso un toque de vainilla.
Cómo servir y disfrutar la mermelada de manzana
- Presentación: Sirve en tarros pequeños decorados con etiquetas caseras.
- Guarnición: Ideal con quesos de cabra, nueces o carnes blancas.
- Acompañamiento: Perfecta en tostadas, bizcochos o como relleno de pasteles.
- Maridaje: Combina muy bien con sidra, vino blanco afrutado o infusiones de canela.
Preguntas frecuentes sobre esta receta
- ¿Puedo usar otra variedad de manzana?
Sí, puedes sustituir las golden por reineta o granny smith, aunque cambiará el sabor. - ¿Cómo consigo una textura más espesa?
Prolonga la cocción o añade un poco de piel de manzana, que aporta pectina natural. - ¿Se puede hacer con antelación?
Sí, puedes prepararla y conservarla varios meses si los tarros están bien esterilizados. - ¿Es apta para veganos?
Sí, esta receta es 100% vegana y no contiene gluten ni lactosa. - ¿Qué especias combinan mejor con la manzana?
Canela, clavo, anís estrellado y jengibre son las más recomendadas. - ¿Puedo reducir la cantidad de azúcar?
Sí, pero la conservación será más corta. Puedes añadir un poco de zumo de limón para equilibrar. - ¿Cómo sé que la mermelada está en su punto?
Coloca una pequeña cantidad en un plato: si no se desliza fácilmente, está lista.
¿Listo para disfrutar de una auténtica mermelada de manzana casera? Sigue esta receta fácil y cuéntame en los comentarios cómo te ha quedado. ¡Buen provecho!
