¿Lavar el pollo es malo? Seguro que habéis leído algo al respecto, pero ¿de verdad es malo lavar el pollo con agua? El peligro en si no es tanto lavar el pollo como favorecer la propagación de las bacterias de las que este pueda ser portador. Tanto en el pollo crudo como el resto de aves hay presencia de bacterias como la salmonella, Campylobacter, listeria o E-coli. Además de las bacterias mencionadas, en el pollo se pueden encontrar otras derivadas de su posterior manipulado industrial. Es lógico que lo primero que se nos ocurra cuando vamos a cocinar pollo es pasarlo por el grifo, pero ¿debemos hacerlo?

Según un estudio de la Universidad de Drexel en Filadelfia, confirmado por la OCU en 2016, al lavar el pollo crudo con agua no se eliminan las bacterias sino todo lo contrario. Lo que sucede cuando ponemos el pollo bajo del grifo es que favorecemos la propagación de bacterias. Esto sucede mediante las salpicaduras en el fregadero, los utensilios de cocina y a todo el radio de acción en el que desempeñemos la tarea. Este proceso se denomina como aerosolización. Pero esto no solo sucede con el pollo, también es extensible a todo tipo de aves.
Cómo lavar el pollo de forma correcta
- Si compramos el pollo higiénicamente envasado es mejor no lavarlo. Si por cualquier motivo nos vemos obligados a lavarlo lo haremos en un bol. Una vez que terminemos de lavar el pollo debemos eliminar el agua del bol con cuidado. De modo que el agua caiga lo más cercano al desagüe que sea posible.
- Posteriormente lavamos minuciosamente el bol, los utensilios (cuchillos, tabla, etc..) y el fregadero con lejía, detergente y agua muy caliente. Una vez que terminemos desechamos el estropajo utilizado.
- Después debemos cocinar la carne a 165 grados centígrados hasta que esté bien hecha. Bajo ningún concepto debemos comer carne de ave cruda o poco hecha.. Esta es la única manera en la que podemos eliminar la mayoría de riesgos que puede causar una intoxicación alimentaria.
