
Las costillas con patatas guisadas representan uno de los platos de cuchara más reconfortantes de la cocina española. Este guiso tradicional nació en las cocinas rurales de la península ibérica, donde las familias aprovechaban los cortes más humildes del cerdo para crear recetas contundentes y sabrosas. Con el paso de las décadas, las costillas guisadas han conquistado comedores de toda España, convirtiéndose en un clásico imprescindible durante los meses fríos.
Como plato principal, las costillas con patatas guisadas destacan por su capacidad para alimentar a toda la familia con ingredientes económicos y accesibles. Se trata de un guiso completo que combina proteínas de calidad con hidratos de carbono, ideal para servir como plato único en comidas y cenas. La cocción lenta permite que las costillas queden tiernas y jugosas, mientras las patatas absorben todos los jugos y aromas del sofrito.
Las costillas de cerdo que protagonizan este guiso aportan una riqueza nutricional notable: proteínas de alto valor biológico, hierro, zinc y vitaminas del grupo B. Desde el punto de vista gastronómico, su contenido graso intramuscular garantiza una textura melosa tras la cocción prolongada. El colágeno presente en la carne se transforma en gelatina, creando esa salsa untuosa tan característica de las costillas guisadas caseras.
El secreto de esta receta de costillas con patatas guisadas reside en la combinación del pimentón dulce con el coñac, un matrimonio de sabores que eleva el plato a otra dimensión. El tomate casero aporta acidez y frescura, mientras el caldo de carne envuelve todos los ingredientes en un abrazo reconfortante. Cada cucharada transporta al comensal a las cocinas de antaño, donde los guisos burbujeaban durante horas a fuego lento.
Ingredientes para 4 personas
- 500g de costillas de cerdo carnosas a tacos
- 5 patatas (+o-500g)
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- 100g de salsa de tomate casera
- 150ml vaso de coñac
- 800ml de caldo de carne
- 2 hojas de laurel
- 1 cucharada de pimentón dulce (paprika)
- Sal (si fuese necesario)
- Aceite de oliva
- Perejil fresco (al gusto)
Cómo hacer costillas con patatas guisadas paso a paso
- PPica fino el ajo y corta la cebolla en brunoise.
- Cocina las costillas en varias tandas si es necesario. Sella a fuego alto por ambos lados hasta que estén bien doradas y resérvalas.
- En la misma olla, añade un poco de aceite de oliva y cocina a fuego bajo. Agrega el ajo picado, remueve y añade la cebolla. Cocina durante unos 5 minutos hasta que esté transparente.
- Incorpora el pimentón dulce, remueve rápidamente y añade el coñac. Sube el fuego y cocina unos 5 minutos hasta que se evapore el alcohol.
- Añade la salsa de tomate, integra bien y cocina a fuego bajo durante otros 5 minutos. Incorpora las hojas de laurel.
- Vuelve a poner las costillas reservadas en la olla y cocina todo junto durante 5 minutos.
- Añade el caldo de carne caliente, tapa y cocina a fuego bajo durante 20 minutos.
- Mientras tanto, pela y chasca las patatas para que suelten el almidón y espesen el guiso.
- Incorpora las patatas, cúbrelas bien con el caldo y cocina tapado durante unos 25 minutos, hasta que estén tiernas.
- Comprueba el punto de sal y la cocción de las patatas.
- Finaliza con perejil fresco picado antes de servir.
Consejos para hacerlas perfectas
- Sella las costillas sin añadir aceite extra: la grasa natural de la carne es suficiente.
- Añade el pimentón dulce fuera del fuego o a fuego bajo para evitar que se queme.
- El coñac aporta aroma y profundidad, pero puedes sustituirlo por vino tinto si lo prefieres.
- Incorpora siempre el caldo caliente para no cortar la cocción.
- Chascar las patatas es clave para lograr una salsa espesa y ligada.
- Puedes usar costillas de costillar, paleta o espaldilla; todas funcionan muy bien.
Cómo servir y disfrutar las costillas con patatas guisadas
- Presentación: Sirve el guiso bien caliente en platos hondos. Espolvorea perejil fresco y añade un chorrito de aceite de oliva virgen extra en crudo.
- Guarnición: Una ensalada verde con vinagreta suave o unas hojas de escarola aportan frescura.
- Acompañamiento: Pan de pueblo crujiente, imprescindible para mojar en la salsa.
- Maridaje: Un vino tinto joven con crianza (Rioja o Ribera del Duero) armoniza a la perfección. Para opciones sin alcohol, una limonada casera o mosto tinto.
Preguntas frecuentes sobre esta receta
- ¿Qué corte de carne es ideal para un guiso de costillas?
Las costillas de cerdo son las más utilizadas, pero también puedes experimentar con otras opciones como costillas de ternera o costillas adobadas. - ¿Cómo puedo darle un toque especial a mi estofado de costillas?
Puedes añadir diferentes especias como pimentón ahumado, tomillo o romero para darle un sabor más intenso. También puedes utilizar vino tinto en lugar de coñac. - ¿Qué puedo hacer si la salsa de mis costillas queda muy líquida?
Si la salsa te queda demasiado líquida, puedes chafar unas patatas. Revuelve bien y cocina a fuego lento hasta que espese. - ¿Se pueden congelar las sobras de costillas guisadas?
No es recomendable congelar las sobras de las patatas con costilla, ya que al descongelar el estofado, la textura de las patatas cambia y se vuelven granuladas o harinosas. - ¿Qué guarnición combina mejor con el guiso de costillas con patatas?
Quedan deliciosas acompañadas de una ensalada verde, puré de patatas o arroz blanco. También puedes servirlas con pan rústico para mojar en la salsa. - ¿Cómo puedo hacer que mi guiso de costillas sea más saludable?
Acompañar el plato con una ración generosa de verduras frescas, por ejemplo una buena ensalada verde. - ¿Puedo hacer este guiso de carne en la olla de cocción lenta?
Sí, la olla de cocción lenta es perfecta para preparar este guiso. Solo tienes que colocar todos los ingredientes en la olla y programar el tiempo y la temperatura.
¿Listo para disfrutar de unas auténticas costillas con patatas guisadas caseras? Sigue la receta paso a paso y cuéntame en los comentarios cómo te han quedado. ¡Buen provecho!