
Las albóndigas con tomate son una de esas recetas tradicionales de comida casera de la cocina española que siempre triunfan, tanto entre los más pequeños como entre los adultos. Son perfectas para cuando buscas un plato principal único y completo que toda la familia pueda disfrutar. Si además las dejas hechas, puedes tener una estupenda cena rápida en cuestión de minutos. Solo necesitas añadir una buena guarnición, y lo mejor es que es muy fácil encontrársela, porque las albóndigas combinan bien con casi cualquier tipo de carbohidrato o cereal.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado de dónde vienen las albóndigas? Su historia es tan interesante como el propio plato. Se cree que su origen está en Persia, donde se conocían como “kofta”. Estas eran pequeñas bolas de carne picada mezclada con especias y otros ingredientes. Con el tiempo, la receta viajó por la Ruta de la Seda, cruzando fronteras y adaptándose a los ingredientes locales de cada región.
En Italia, por ejemplo, las albóndigas se llaman “polpette” y suelen ser más pequeñas que las versiones que conocemos en otros lugares, como en Estados Unidos. Lo curioso es que, aunque en muchos países se sirven con pasta, en Italia no es tan común. Allí, las albóndigas se disfrutan más bien como plato principal o como parte de un guiso.
Y no podemos olvidarnos de Suecia, donde las albóndigas (köttbullar) se hicieron mundialmente famosas gracias a IKEA. Estas albóndigas suecas se sirven con salsa de arándanos y puré de patatas. Según cuenta la leyenda, la receta fue llevada a Suecia desde Turquía por el rey Carlos XII en el siglo XVIII.
Con esta receta de la abuela fácil que te compartimos hoy, conseguirás que te queden tiernas, jugosas y con una salsa increíblemente sabrosa.
Ingredientes para 4 personas
- 500g de carne picada (50% cerdo 50% ternera o res)
- 800g de tomate triturado
- 4 dientes de ajo
- 1 cebolla
- perejil
- 1 huevo
- 100ml de leche
- 200ml de caldo de carne
- 2 rebanadas de pan de molde
- pan rallado
- harina
- 1 cucharada de azúcar moreno
- pimienta
- sal
Cómo hacer albóndigas con salsa de tomate
- Picas los ajos y los reservas.
- Cortas la cebolla en brunoise.
- Picas el perejil.
- Troceas el pan, lo cubres con la leche y lo dejas reposar.
- Para hacer las albóndigas en salsa, comienzas poniendo en un bol la carne picada. Añades la mitad de los ajos picados, el perejil, sal al gusto, el huevo, y el pan que has dejado reposar con leche (debe estar bien escurrido). También agregas 2 cucharadas de pan rallado y amasas hasta que todo quede bien mezclado.
- Luego, formas bolitas con la mezcla, procurando que todas tengan el mismo tamaño. Lo ideal es que no sean demasiado grandes, pero eso queda a tu elección.
- A medida que las vas formando, las pasas por harina, retirando el exceso. Las reservas en un plato, pero es importante que trabajes rápido para evitar que absorban la harina y se humedezcan de nuevo.
- Inmediatamente, pones una olla al fuego y cubres el fondo con aceite de oliva. Calientas a fuego medio y fríes las albóndigas hasta que estén doradas de manera uniforme. Cuando estén listas, las sacas a un plato con papel de cocina absorbente y las reservas mientras preparas la salsa.
- Bajas el fuego al mínimo y, en la misma olla, pones los ajos picados. Remueves y, enseguida, añades la cebolla, sal al gusto, una cucharada de azúcar moreno, y cocinas durante 10 minutos o hasta que el sofrito cambie de color.
- En ese momento, añades el tomate y cocinas a fuego lento durante 30 minutos o hasta que la salsa reduzca y espese. Justo entonces, agregas pimienta al gusto, remueves y pones las albóndigas en la salsa de tomate. Agregas el caldo caliente, tapas la olla y cocinas durante 10 minutos más, esta vez a fuego medio.
- Después de este tiempo, ya podrías servir las albóndigas en salsa de tomate, pero te recomendamos dejarlas reposar al menos 10 minutos. Aunque, como cualquier plato con salsa, estará mucho más rico al día siguiente.
Consejos para hacer albóndigas con tomate perfectas
- Usa una mezcla de carnes: Combinar carne de cerdo y ternera le da a las albóndigas una textura y sabor más equilibrados. La grasa del cerdo añade jugosidad y sabor, mientras que la ternera proporciona firmeza.
- Mojar y escurrir bien el pan: Asegúrate de que el pan esté bien escurrido después de reposar en la leche. Un pan demasiado húmedo puede hacer que las albóndigas queden demasiado blandas. El pan ayuda a que las albóndigas sean tiernas y esponjosas, pero debe estar en la cantidad adecuada.
- Amasar con cuidado: No amases en exceso la mezcla de carne. Solo amasa hasta que los ingredientes estén bien combinados. Amasar demasiado puede hacer que las albóndigas queden duras.
- Forma uniforme: Forma las albóndigas con un tamaño uniforme para asegurar que se cocinen de manera pareja. Puedes usar una cuchara para helado o una bola de masa para lograr la misma medida en cada albóndiga.
- Enharinar ligeramente: Pasa las albóndigas por harina antes de freírlas, pero asegúrate de quitar el exceso. Esto ayuda a sellarlas y les da una textura crujiente en el exterior.
- Freír a la temperatura adecuada: Calienta bien el aceite antes de añadir las albóndigas. Si el aceite no está lo suficientemente caliente, las albóndigas absorberán demasiada grasa y no quedarán doradas bien.
- Deja reposar: Después de freírlas, déjalas reposar en un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Esto también ayuda a que se asienten antes de añadirlas a la salsa.
- Reposar antes de servir: Deja reposar las albóndigas en la salsa durante al menos 10 minutos antes de servir. Esto ayuda a que se mezclen mejor los sabores y que las albóndigas estén bien impregnadas con la salsa.
Variaciones de la receta tradicional
- Albóndigas de Pollo: Sustituye la carne de cerdo y ternera por carne picada de pollo. Mantén el resto de la receta igual para obtener una versión más ligera pero igualmente sabrosa.
- Albóndigas con Queso: Añade trozos pequeños de queso en el centro de cada albóndiga antes de cocinarlas para obtener un relleno cremoso.
- Albóndigas más Saludables: Sustituye el pan por avena para una opción más saludable. En lugar de pasar las albóndigas por harina, usa harina de arroz para enharinarlas ligeramente. En lugar de freírlas, cocínalas directamente en la salsa para una preparación más ligera.
Preguntas frecuentes albóndigas en salsa de tomate y cebolla
- ¿Cómo hacer albóndigas suaves y jugosas? Usa una mezcla de carne de cerdo y ternera y añade pan mojado en leche para mantenerlas tiernas. No amases demasiado la mezcla.
- ¿Qué tipo de carne es mejor para las albóndigas? La combinación de carne de cerdo y ternera suele ser ideal. El cerdo aporta jugosidad y la ternera firmeza.
- ¿Cómo espesar la salsa de tomate? Cocina la salsa a fuego lento hasta que reduzca y espese. También puedes añadir un poco de harina o maicena disuelta en agua si es necesario.
- ¿Qué puedo servir con las albóndigas? Son deliciosas con arroz blanco, patatas fritas, puré de patatas o pasta. También puedes acompañarlas con una ensalada fresca.
- ¿Se pueden congelar las albóndigas? Sí, las albóndigas se pueden congelar. Cocina en crudo o cocinadas en la salsa. Después, congélalas en raciones. Al descongelar, calienta bien antes de servir.
Cómo servir y disfrutar las albóndigas con tomate
Estas albóndigas caseras son tan versátiles que encontrar la guarnición adecuada para acompañarlas no te costará nada. Son perfectas con arroz blanco, irresistibles con patatas fritas o papas a la francesa, y un buen puré de patatas les va de maravilla. ¿Y por qué no? También puedes servirlas con pasta para un plato completo y delicioso.