El ajoblanco es uno de esos primeros platos típicos de la zona sur de España. Nada se agradece más en verano para combatir el calor y saciar el hambre que un buen ajoblanco de primero y de seguidilla, como segundo plato o picoteo unos pescaitos fritos o un buen lomo de orza. Sin duda este es uno de esos platos que junto con el gazpacho andaluz o el salmorejo definen muy bien el tipo de gastronomía que nos gusta en verano.
Tradicionalmente el ajoblanco se sirve con uvas, lo que le da un toque muy especial que personalmente me encanta, pero también se puede acompañar con unos taquitos de jamón, mojama, melón o patatas y judías verdes hervidas… A mi juicio es cuestión de gusto.
Esta crema debe servirse muy fría. Conviene prepararla al menos dos horas antes de servirla. Cuanto más fresquito sirvamos el ajoblanco más gana la receta, a fin de cuentas de eso se trata: de tener una comida refrescante, con ingredientes muy humildes y sencillos, económica, sin complicaciones, ni tener que cocinar demasiado, fácil y muy sencilla de elaborar.
Ingredientes para 4 personas
- 100g de almendras crudas
- 100g de miga de pan
- 2 dientes de ajo
- 100cc de aceite de oliva
- 1l de agua mineral
- 1 cucharada de vinagre de jerez
- sal
Ajoblanco elaboración
- Quitamos la piel de las almendras, esto se puede hacer hirviendolas en agua.
- Después las ponemos en un recipiente hondo (un mortero por ejemplo) con sal y con los dientes de ajo. Machacamos todo junto hasta obtener una pasta bien mezclada.
- Añadimos agua fría para evitar que las almendras se aceiten.
- Agregamos la miga de pan remojada y continuamos majando todo junto. Añadimos el resto del agua que nos queda.
- Terminamos agregando aceite, vinagre y sal.
- Servimos acompañado de nuestros tropezones favoritos. Y listo un deliciosos ajoblanco